La palabra "ojalá" lleva consigo una sensación de impotencia

He tenido la oportunidad de trabajar con numerosas personas que tienen dificultades para dejar de lado la palabra "ojalá". A menudo, mis pacientes me preguntan por qué la palabra "ojalá" es problemática e incluso les causa estrés. A través de mi experiencia, he aprendido que el uso excesivo de la palabra "ojalá" puede tener un impacto negativo en nuestra vida.

En primer lugar, la palabra "ojalá" implica desear algo que aún no ha sucedido. Siempre estamos buscando algo mejor o algo más. La palabra nos hace sentir insatisfechos con lo que tenemos en el presente y nos hace depender del futuro. Esto puede llevar a una sensación de pérdida de control sobre nuestras vidas, ya que nuestro enfoque está constantemente en lo que queremos en lugar de lo que tenemos.

Además, la palabra "ojalá" también lleva consigo una sensación de impotencia. Cuando usamos la palabra, estamos implícitamente reconociendo que no tenemos control sobre lo que queremos que suceda. Nos sentimos a merced de las fuerzas externas. Esto puede llevar a un sentimiento de victimización y falta de poder personal. Nos sentimos impotentes para cambiar nuestra vida y nuestros resultados.

Finalmente, la palabra "ojalá" también crea expectativas poco realistas. A menudo, deseamos cosas que son poco probables o poco realistas. Al hacerlo, nos estamos preparando para la decepción. Si nos sentimos decepcionados con frecuencia, nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos pueden verse afectadas.

Como terapeuta, aconsejo a mis pacientes que limiten su uso de la palabra "ojalá". En vez de decir "ojalá tenga éxito en mi trabajo", es mejor decir 

"Estoy trabajando duro para lograr el éxito en mi trabajo". 

En lugar de desear algo que no podemos controlar, enfóquese en lo que sí podemos controlar. Pensemos en nuestras acciones y nuestras decisiones en lugar de centrarnos en deseos que no tienen una base sólida en la realidad.

En conclusión, la palabra "ojalá" puede tener un impacto negativo en nuestra vida si la usamos en exceso. Nos hace sentir insatisfechos con lo que tenemos, impotentes para cambiar nuestro futuro y crea expectativas poco realistas. Como terapeuta, recomiendo a mis pacientes que se centren en lo que pueden controlar y se preparen para el éxito en lugar de depender del azar.

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